En el debate político de hoy en Los desayunos de TVE, todos los participantes (incluida su independiente presentadora) estaban de acuerdo en lo siguiente:
- Celebrar elecciones en Portugal es una catástrofe, y esto porque es imperativo tomar urgentemente importantes decisiones y, en estas condiciones, sostienen, tener la legitimidad democrática para tomarlas es irrelevante.
- La aprobación del plan de ajuste es “justa y necesaria” (como la guerra contra Libia) o, dicho de otra manera, “difícil y necesaria” (como la reforma de las pensiones).
- Quienes se oponen a él, sea por el motivo que sea, son unos irresponsables. Esto incluye a partidos políticos de la oposición, medios de difusión, sindicatos, asociaciones de vecinos, clubes gastronómicos, etc.
- El plan de ajuste cuenta con el aval de la Unión Europea, lo que le confiere un aura de santidad irrefutable. De la misma manera que los partidarios del liberalismo sostienen que su credo defiende, sencillamente, “la libertad” (sin especificar la de qué o quién o en qué consiste según ellos la libertad), quienes dicen cosas como “cuenta con el aval de la Unión Europea” parece que quieran dar a entender que tiene el marchamo de la pluralidad, la democracia y el humanismo (olvidándose tal vez de que los países que lideran esa Unión Europea participan en guerras imperialistas, saquean los recursos naturales de países de África y América Latina, tienen acuerdos comerciales preferenciales con Israel y otros países de muy cuestionable historial en lo relativo a los derechos humanos, venden armas a dictadores del mundo entero...)
- El “rescate” de Portugal sería estupendo para España porque así los bancos españoles cobrarían la deuda. Es decir, identifican el interés de España con el de los grandes bancos e ignoran de forma obscena las importantes consecuencias que tendría sobre los portugueses.