La entrevista realizada por Ana Pastor (presentadora y directora del programa “Los desayunos” de TVE) al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad ha recibido todo tipo de alabanzas, centrándose estas fundamentalmente en la valentía y la independencia informativa de la periodista.
Comentaré muy por encima un par de cuestiones sin gran relevancia:
Comentaré muy por encima un par de cuestiones sin gran relevancia:
- ¿Por qué ese tono agresivo? Si utilizara ese mismo tono con, por ejemplo, un alto representante de la Iglesia Católica en España, sin duda los medios más cercanos (COPE, Intereconomía, etc.) acusarían a TVE (y al PSOE) de llevar a cabo una cruzada anticristiana, de haber intentado acorralar al entrevistado.
- ¿A qué viene la payasada de ponerse el pañuelo sobre la cabeza dejando descubierto el pelo en todo momento para además dejarlo caer sobre los hombros al final de la entrevista?
Pero lo que más me interesa de lo sucedido es que se ensalce la valentía y la independencia informativa de la periodista (a quien se supone la imparcialidad como a los futbolistas de la selección española el poner toda la carne en el asador) solo cuando se trata de atacar a un personaje de los definidos como miembros del “eje del mal”.
Sin pretender en absoluto defender las políticas de Ahmadineyad, me parecen muy cuestionables tanto las motivaciones de la periodista (sin duda llevaba el guión muy bien aprendido) como su habilidad como entrevistadora: ¿qué información relevante pretendía obtener repitiendo una y otra vez la misma pregunta? Francamente, a mí me dio la impresión de que el objetivo de la entrevista era llevar al presidente iraní a una situación en la que finalmente decidiera poner fin a la conversación antes del tiempo pactado para poder presentarlo posteriormente como un radical antidemocrático (e, independientemente de que lo sea, una entrevista, y más si el medio que la realiza es de titularidad pública, no es una performance partidista).
En cualquier caso, y con ánimo de que Ana Pastor pueda quedarse tranquila al contar con el apoyo de este influyente blog, estoy dispuesto a ser el primero en aplaudir su labor periodística si realiza una entrevista a Obama empleando el mismo tono beligerante y realizando algunas de estas preguntas:
- ¿Podría usted decirnos a cuántas personas han torturado hoy la CIA, el ejército de los Estados Unidos y otros cuerpos dependientes de su Gobierno?
- ¿A cuántos dictadores tiene usted en nómina?
- ¿Tiene previsto dar algún golpe de Estado en las próximas semanas?
- ¿Cuándo será el próximo intento de asesinato de alguno de los (pocos) dirigentes mundiales que quedan en el mundo que no se pliegan a sus deseos?
- ¿Cuántas personas han muerto hoy en Irak y Afganistán?
- ¿Cuántas muertes han causado hoy armas fabricadas en Estados Unidos?
- ¿Seguirá vetando Estados Unidos cualquier resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pretenda poner freno a los abusos de Israel?
- ¿Por qué Estados Unidos defiende la democracia de forma tan elocuente en unos países y en cambio en otros la aplasta?
Y como Ana Pastor dice no saber quién le ha vendido las armas a Gadafi, le recomendamos la lectura de este artículo.