Uno de los soldados del ejército estadounidense acusados de asesinar premeditadamente a civiles afganos ha admitido los cargos, asegurando que miembros de su unidad, liderados por un sargento, fingían situaciones de combate para así poder matar a civiles afganos que no suponían ninguna amenaza.
Lo ha dicho con total campechanería:
"El plan era matar gente"