Como era de esperar, la extraña noticia sobre una manifestación en la ciudad de Gaza a favor del levantamiento popular en Egipto reprimida por la policía parece ser errónea. Sin que se haya producido ninguna rectificación, nos encontramos con noticias posteriores como esta publicada en El País el 10 de Febrero en la que se afirma:
“A algunos jóvenes palestinos ya no les basta con culpar a los israelíes de todos sus males. Las revueltas de Egipto y Túnez les han permitido quitarse el miedo a criticar a su Gobierno, al que culpan de convertir Cisjordania en un "estado policial", en el que las libertades escasean y en el que los líderes se vuelven inamovibles gracias a la complicidad de las potencias occidentales”.
Dejando al margen la confusión de referirse al todo por la parte (Palestina por Cisjordania), lo que queda claro en esta noticia es que las manifestaciones de apoyo a Egipto reprimidas por la policía se produjeron en las ciudades cisjordanas de Belén, Ramala, Nablus y Yenin (y no en Gaza). Interesa especialmente este párrafo:
“Como en Egipto, la brutalidad policial no hizo más que evidenciar a ojos de los jóvenes el abismo que separa a los gobernantes de los gobernados. "Todo ha evolucionado muy rápido. Al principio los manifestantes se solidarizaban con los egipcios. Ahora piden el fin de la división entre Gaza y Cisjordania y la cabeza del presidente palestino", dice Nidal” [uno de los organizadores de las protestas].
Cabe recordar aquí la reciente publicación de unos cables filtrados por Wikileaks en los que se recoge el contenido de las negociaciones de paz de 2008: Al-Fatah, según estos documentos, habría realizado cesiones a Israel difícilmente justificables dando lugar a que Hamás denunciara el
“intento de la Autoridad Palestina en aniquilar la causa palestina, sobre todo en lo que se refiere a Jerusalén y los refugiados, así como en su colaboración contra la resistencia en el West Bank y Gaza”.
Probablemente en respuesta a esto, se ha procedido al anuncio de la celebración de elecciones en Septiembre y a la disolución del Gobierno para dar lugar a la creación de uno nuevo en el que se incluirían representantes de diferentes agrupaciones (no sólo Al-Fatah, aunque desde luego sin contar con Hamás). Y Hamás, por su parte, ya ha anunciado que considera ilegal la creación de un nuevo Gobierno en las condiciones descritas y que no participará en la carrera electoral en Cisjordania ni permitirá que tenga lugar en la franja de Gaza.
¿Por qué? ¿Cómo se justifica la postura de Hamás?
- En lo que respecta a la creación de un nuevo Gobierno, la explicación es muy sencilla (como podemos leer en la noticia publicada por RTVE):
“Esta medida es ilegal y la rechazamos. El Gobierno solo puede ser tal si gana la confianza del Parlamento", ha explicado el portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri. La Ley Básica palestina estipula que todo nuevo gabinete debe ser aprobado por el Consejo Legislativo Palestino.
Recordemos que Hamás obtuvo la mayoría absoluta en las últimas elecciones generales, celebradas en 2006.
- En lo que respecta a la no participación en las nuevas elecciones, cabe pensar que Hamás lo considere inútil y arriesgado ya que un resultado favorable nunca sería aceptado por Al-Fatah y las potencias occidentales... ¿así que para qué correr el riesgo de obtener uno negativo?
En cualquier caso, este movimiento de Al-Fatah parece obedecer a un intento de maquillar los hechos para:
- Dar la impresión de que se están produciendo cambios en la línea de una mayor democratización, en respuesta a los levantamiento populares que se están produciendo en Túnez, Egipto, Argelia...
- Trasladar toda la presión a Hamás, que una vez más queda retratada por los grandes medios de difusión occidentales como una organización extremista y antidemocrática.
- Mantener en el poder al Presidente Fayad y, previsiblemente, a toda su cúpula.
- Perpetuar, en la práctica, la división entre Cisjordania y Gaza: era del todo previsible que esta iniciativa (unilateral) no fuera seguida por Hamás, y celebrar unas elecciones sin la participación de Hamás sólo puede enquistar aún más el enfrentamiento.
- Crear las condiciones, en definitiva, para que los intereses de Israel queden protegidos: Hamás aún más arrinconada y Al-Fatah aún más débil y deslegitimada.